sábado, 30 de octubre de 2010

Millones de gronchos

El jueves y viernes, tres autores de este blog dijimos presente en las exequias de Néstor Kirchner, el Pájaro loco que nos despertó a tantos y ahora decidió irse a dormir. Si alguno no nos vio por las cámaras de televisión, a pesar de que nos quedamos con la voz en un hilo después de gritar y cantar en catorce horas de cola, debe ser porque no éramos los únicos. Estábamos rodeados por el afecto y la falta de impostura de millones.
Como no tenemos pretensión de pasar por finos, hablamos con todos. Catorce horas de cola te permiten conocer a mucha gente. Estudiantes trabajadores, abogados con el botón de arriba desprendido y la parte corta de la corbata delante de la larga, diseñadores gráficos, dueños de quioscos, muchísimos jubilados y viejos en actividad, actores y actrices, docentes de inglés, empleados de televisión, una moza del Café Tortoni, el médico del chofer de Cobos con su hija, el chofer de Cobos, cinéfilos, citadores compulsivos del General, sostenedores de botellitas de agua, improvisadores de chistes, promesas y cánticos más rápidos que su propio aliento, señoras con hijos en brazos y más hijos dándole vueltas, bloggeros y fotógrafos estrictamente no profesionales.
Gente de todas partes del país. Muchos teníamos otros trabajos para hacer y sufriremos las consecuencias; a muchos los esperaba después de la cola y de la participación, un viaje de ómnibus para llegar al tren, para desenganchar la bici y pedalear un kilómetro, para recién después conocer descanso.
Fuimos varios los que vimos por primera vez los cuadros de San Martín y de Bolívar, que se unían a nuestro peregrinar recién entrando a la Casa de Gobierno. Algunos se animaron en voz alta delante de Alicia Kirchner a hacer escuchar las frases menos originales pero más sentidas ("Viva Néstor Kirchner," "Compañero Presidente, el pueblo te despide" y otras).
Nadie se quedó sin cantar el himno, balbucear la parte que conoce de la marchita, recordar muertes familiares y usar el espacio público pero profundamente cercano, para llorar y para hacerse el compromiso de defender y recordar lo que vivió, así vengan degollando.
Peronacho

miércoles, 27 de octubre de 2010

Pájaro loco

La primera vez que le presté atención verdadera fue cuando asumió el mando. Antes que el estadista ví la marca personal del hombre: el tipo no sabía qué hacer con el bastón, le sobraba, lo apretó con las dos manos, lo usó para revolearlo un poco, lo sacó del eje de bastón y pareció por segundos un malabarista de esos que vemos en las películas, que malabarean adelante del grupo con estridencia de charreteras. Creo que antes me había hecho acordar al Pájaro Loco, un dibujito animado de cuando era chica, aunque la única relación evidente estaba en los ojos desorbitados y la nariz en punta de águila. Muchos en el largo y emocional día de hoy lo evocaron como un hombre con buen humor constante, y recordé (otra vez) que ese tipo desgarbado y con el saco siempre mal puesto, innegablemente parecido a Tristán por otra parte, parecía estar a punto de contar un chiste verde en el medio de cada frase.
Todas estas banalidades recordé hoy, todas juntas, después del segundo en que enmudecí al ver la noticia. Me retiré de la tele luego del silencio. Estaba en la casa de mi madre aprovechando que tenía que estar allí para esperar al censista y levantando de la cama a mi abuela Coca, que por estos días anda leeeeenta después de sus dos caídas. Después que tomó su leche la ubiqué cerca de la tele, y recaímos en la mudez por partida doble. Mi abuela sabe que la muerte le amaga de cerca últimamente, y a pesar de que siempre fue antiperonista, vió toda la mañana en silencio las noticias y no quiso cambiar de canal.
Yo no soy peronista tampoco, pero sobre todo no soy antiperonista. Es una declaración estúpida de hacer, que nada dice. Es la mejor declaración que puedo hacer por el momento. Soy antineoliberalista. Estoy a favor del matrimonio igualitario, de la distribución equitativa de la riqueza, de la memoria toda y de los juicios a los represores en particular, del desmontaje del sistema opresor de la circulación de las noticias de los medios hegemónicos, del desmontaje del cuadro de ése represor, de todas las medidas que promuevan el empoderamiento social, educacional y simbólico de los olvidados, de las leyes promovidas o vetadas con coherencia respecto del proceso económico y social que tenemos, de un proyecto que nos integre por fin como parte de Latinoamérica, de aquel NO al ALCA y el sí a la UNASUR, del sinceramiento argento del fútbol para todos, de la ciencia y la tecnología y la industria empezando a jerarquizarse.
Seguro que me falta poner más en esta enumeración (más de lo que hay y más de lo que no hay todavía) pero hoy enmudecí temprano y me fuí apalabrando después porque entendí que sin Pájaro Loco no hubiera podido estar a favor de esta enumeración, no la hubiera podido poner en palabras, es decir: no hubiera existido.
Termino el día con el encuentro, con el lazo que se recupera de modo posible y real: veo la gente en la plaza y en el programa de televisión, leo un mail de una amiga y nos abrazamos en la distancia, charlo con mi vieja sobre los lazos que no queremos perder, y ya ni recuerdo tengo del miedo al miedo, de las palabras necias y de la desazón por cómo seguimos. Salud, Pájaro Loco.
La Pocha

lunes, 25 de octubre de 2010

Boto por necesidad



El escaneo me salió chico, pero el escribiente tiene letra clara. 18 años, Tercero A, repetidor dos veces. Este año lee en voz alta de corrido y con intención emocional. Después de pasarse dos años apoyada la cara sobre los brazos para dormir (los tengo en la última hora de la mañana y trabaja en el mercado de changarín subiendo y bajando cajones con la producción local), despierta en 2010 de su letargo y mueve su pensamiento. La consigna era escribir una carta de solicitud argumentando el pedido a un receptor específico. En algún momento de la clase, mientras se paraban a consultarme, mientras intercambiaban entre ellos chistes de toda calaña, o mientras se medían unos a otros a ver quién le pedía qué cosa a quién, les pregunté por qué ninguno había planteado argumentos a un amor correspondido o no correspondido, por ejemplo, y todos (salvo Ruiz, también repetidor, que desarrolló sentida y profundamente sus argumentos a "Antoño" Mohamed para que vuelva a ser director técnico de Colón) habían pedido mejoras para el barrio (a la Cristina, al intendente o a la Ministra de Educación). Uno me dijo "el amor no se argumenta, profe", y otro "¿y a quién le vamos a pedir algo si no?". Me quedé pensando en las dos cosas, pero me detuve más en la segunda, y pensé que en este barrio "marginal" nadie quiere otra cosa que estar mejor. En ninguno de los borradores los solicitantes pidieron limosnas: pidieron el taller para la escuela (que es técnica pero que no tiene taller), pidieron juguetes para un hogar de chicos en Navidad, pidieron que se pavimenten las calles del barrio y se zanjee, pidieron otro comedor. O sea: comida, calle buena para andar, alegría y educación.
El que más clara la tenía es Obelar, el que despertó de su sueño y pidió cortar la corrupción policial en el barrio: "Sr. Intendente te informo sobre esto porqué yo noce a quién recurrir...", y también: "Señor Intendente le prometo que tendría un gran apoyo de nuestro barrio para su intendencia si colabora con mi pedido y yo y mi barrio le podriamos conceguir muchos botos y no toy negociando con usted yo lo estaria ayudando y usted me estaria ayudando a mí y a mi barrio".
Dos cosas: un adolescente elige cambiar el usted por el vos no porque no sepa sobre registro formal o informal, sino porque necesita de la cercanía del otro. El cambio de registro es inconsciente quizás, pero abre a la idea de necesidad: Obelar pide porque es necesario, y pide porque está solo, no sabe a quién recurrir. Ésa es la idea básica de la necesidad: siento una falta, necesito, por eso pido. Obelar lo puede decir, hay quienes muchas veces ni siquiera podemos nombrar lo que nos falta. Y el que despierta del sueño también tiene claro que despierta en un país y dentro de un sistema de necesidades básicas no cubiertas reguladas por la lógica de un estado que también necesita: Obelar promete botos y aclara que no negocia, lo concibe (quizás por un legado rastreable hasta los orígenes de la conquista) como un pacto de necesidad.
Nadie podría reprocharle a Obelar su desconocimiento sobre mecanismos de inclusión social reales. Habría que ver si este pacto que ofrece lo ofrecerá a todos los intendentes posibles, o a aquellos que respondan a la necesidad. Yo me quedo con Obelar así despierto, y escribiendo.
La Pocha

sábado, 23 de octubre de 2010

Desayuno de pizza fría

Hace rato se terminó el champán y la pizza queda, pero ya está fría. Y no es más de noche. Son las 7AM y hace rato que estamos despiertos. El trabajo volvió a ser salud. Abro la ventana al verde y a la luz de la primavera. Y como es el siglo XXI (léase cuscusí), mientras desayuno con lo que queda de anoche, prendo la Mac y me conecto a Internet.

No es el futuro de las películas que soñaron los baby boomers, donde todo es higiénico y blanco. El iPhone es hermoso, por eso cuando me acuerdo vuelvo a doblar el mismo alambrecito y le saco las pelusas que se le juntan en el agujero del auricular. Y antes me friego la mano en rollo de cocina (porque ya no compro servilletas de papel).

El presente es un poco más banal que lo que me habían dicho. En Twitter me comunico con Hernán Brienza, historiador al que admiro, y me entero que el gato que tiene se llama Enzo y se quedó toda la tarde encerrado en el placard.

Abro Facebook y encuentro que una amiga puso un video que muestra el tema de la semana: las repercusiones de los mensajes inmediatos, cortos y burbujeantes de la primera ciudadana. Me enorgullece. Soy uno de 148000 gronchos que recibimos esos mensajes. Una parte serán periodistas, otros serán opositores, e incluso habrá intersección entre esos conjuntos. Pero estoy convencido de que la mayoría somos un poquito más felices porque tenemos más cerca a la Presidenta y podemos seguir sin filtro lo que tiene ganas de decir.

Hay quien se asusta, quien cree que la ausencia y la intermediación hacen la autoridad. No es así: la autoridad se gana en las urnas por la empatía con las masas y se mantiene accionando dentro de la misma empatía.

Chacho Álvarez tuvo que gritar "¡El rey está desnudo!" hace diez años. Y ese fue el fin de lo que se conocía como "investidura."

Pero además de los que tienen miedo, encuentro a otras personas. Muchos ya entendieron y dicen cosas que me abren todavía más el campo visual en la misma dirección. Nos leemos entre nosotros. Pensamos en los que no opinan igual. Tratamos de que todos los intercambios nos sirvan para incorporar otro pedacito de realidad y construir el rompecabezas.

Mariana dijo "hágase el blog" y Cielo propuso una lista de autores que seguro va a seguir creciendo. Y aquí estamos. Sin pretensión de finura. Hablando con vos sin buscar un podio, ni pulcritud de conceptos, ni una sensatez que jamás apreciamos. Unos gronchos.
Peronacho