jueves, 11 de noviembre de 2010

Riesgo y veleidad de la militancia

Por estos días se tuitea, se bloguea (en castellano, sí), se lee en medios gráficos o se escucha repetidamente en radio y televisión frases como "volver a la mística", "hacer militancia", "ser militante". La metáfora del campamento, convocada por el compañero, reaparece en todas partes, primaveral como botón de flor que pujó inviernos en el tallo, agreste como el clavel del aire o el cardo y peronista como la unidad básica.
Digamos en principio que para ser militante hay que tener una causa común. Es una definición general en la que podríamos incluirnos todos los trabajadores de la educación, medicina, política, leyes, producción de pensamiento, literatura o ciencia. Pero no creo que se trate simplemente de eso.
Entre las acepciones de la eterna RAE, "militar" es "figurar en un partido o en una colectividad" y "haber o concurrir en una cosa alguna razón o circunstancia particular que favorece o apoya cierta pretensión o determinado proyecto". Entre ambas definiciones hay un abismo: figurar o favorecer.
Me gustó esto de favorecer. Porque... ¡hay que estar dispuesto a favorecer! Figurar, uno figura siempre: en el padrón de voto, en las necrológicas, en la guía telefónica, en el fiado del quiosco, en el tuiter o similar.
Favorecer es otra cosa: es hacer algo con la figuración. Salir del cuarto oscuro con el sobre en el que están los nombres de los ciudadanos que elijo para que me gobiernen, practicar el ejercicio de la memoria, poner a circular ideas y acciones. Sobre todo esto último, y más: favorecer es preguntarse qué cosa uno está dispuesto a favorecer, o incluso qué cosa ya ha favorecido antes. No se puede andar por la vida favoreciendo cosas y después resultar que las favoreció por distracción o porque es lo que dicta la corriente. ¿O sí? Habría que repensarlo.
Ser militante es ponerse en riesgo para pensar y para hacer con otros, y perfilo en este punto un concepto pequeño y molecular de militancia, no únicamente aquel que refiere a lo específicamente partidario. O sí: incluso aquel.
No es bueno que la militancia esté sola, hubiera dicho el General. Es una palabra que puede llenarse de oquedad muy pronto, la muy vedeta, digo, veleta.

La Pocha
Nota: La imagen refiere a los "Apuntes para la militancia" de John William Cook, teórico y militante del peronismo de izquierda revolucionario. Se lee aquí: http://www.marxists.org/espanol/cooke/apuntes.htm.

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